EL ÁRBOL DE LA VIDA
“Y Jehová Dios plantó un huerto
en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
Y
Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno
para comer; también el árbol de la vida
en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”
Génesis 2: 8 y 9.
Dios
planto un huerto en Edén y puso en ese lugar todo tipo de árbol, es obvio que
las escrituras se deben entender de forma espiritual, al referirse a todo tipo
de árbol, entendemos que la escritura se refiere a la genética humana a los
diferentes caracteres de los hombres, a la naturaleza humana en su diversidad
de formas, como sabe usted, existen
miles de formas de pensar, al punto que algunos dicen que cada cabeza es un
mundo y es cierto, cada quien tiene un libre albedrio y una forma de ver las
cosas, entendemos entonces que Dios había preparado de antemano la multiforme condición
del ser humano, pero también tenía Dios el deseo de que el hombre conviviera
con él para siempre por eso puso en medio de Edén el árbol de la vida, que simboliza a Jesús porque solo Jesús tiene
la semilla de la vida eterna y usted puede comer hoy de sus frutos, Jesús dijo:
“El
que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene la vida eterna; y yo le resucitaré
en el día postrero.” Juan 6: 54. Ese árbol fue plantado por Dios en
Edén de manera que Jesús estaba en ese lugar cuando Dios puso al hombre, curiosamente
las escrituras narran que en ese Edén también estaba plantado el árbol de la ciencia
del bien y del mal, por alguna razón Dios había decidido plantar también en ese
hermoso Edén la simiente del mal, tal vez esperando que el hombre escogiera por
su propia cuenta si deseaba conocer el mal o no, lo cierto es que en Edén
todo era hermoso porque dice la
escritura que Dios había plantado todo árbol hermoso a la vista y allí también todo
era permitido, el hombre podía comer de todo árbol, excepto del árbol de la
ciencia del bien y del mal. Un nuevo orden se había originado en el universo,
un sistema basado en el tiempo que empezaba a correr en el huerto de Edén, pero
los cosas cambiaron radicalmente con la desobediencia del hombre, comer del
árbol prohibido arrojó graves consecuencias para el hombre, la decisión de Dios
de sacar al hombre del jardín del huerto de Edén lo dejo expuesto a la muerte
sin remedio alguno porque sin el fruto del árbol de la vida, el tiempo sería un
enemigo para todo ser vivo porque tenían que morir, pienso que el hombre tuvo
oportunidad de vivir en el tiempo sin ver muerte, fue algo así como la eterna
juventud, no sabemos cuánto tiempo estuvo Adán viviendo en el huerto sin comer
del árbol de la ciencia del bien y del mal pero lo que sí es cierto es que al comer
del fruto prohibido lo alcanzó la muerte, el juicio de Dios fue evidente, la
determinación de Dios de sacar al hombre del huerto de Edén fue el mecanismo de
prevención que usó para evitar que el hombre comiera del árbol de la vida y
viviera para siempre, si esto hubiera pasado, la humanidad no habría tenido
redención porque el árbol de la vida es Jesús y él tenía que morir por la
humanidad y luego ir al Padre para que el hombre pudiera tener acceso a la
redención y a la vida eterna, tenía que cumplirse el tiempo de la redención el
tiempo del mesías, el tiempo del reino de los cielos, por esa razón Dios tenía
que instituir para el hombre unas leyes y decretos referentes a la conducta y
al comportamiento del hombre durante su tiempo de vida. En cierta ocasión los saduceos
le dijeron a Jesús: “Maestro, Moisés nos
escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos,
que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
Hubo, pues, siete
hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos.
Y la tomó el segundo, el
cual también murió sin hijos.
La tomó el tercero, y
así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
Finalmente murió también
la mujer.
En la resurrección,
pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Entonces respondiendo
Jesús, les dijo: los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
Mas los que fueren
tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los
muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
Porque no pueden ya más
morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la
resurrección.” Lucas 20: 27- 36
Esto nos enseña que en la resurrección no hay necesidad de
leyes o estatutos referentes al tiempo porque se vive en lo eterno, Dios se
refiere al sistema del tiempo como “Este
siglo” y a la eternidad futura, “El
siglo venidero”. También Dios tenía que dejar algo escrito que pasara de
generación en generación, anunciando la venida del mesías a este mundo y todas
las profecías de los tiempos y las edades para restaurar al final del tiempo
todas las cosas, lo cual anhela toda la creación, la restauración del reino es
evidente y hoy podemos contemplar con alegría la manifestación del reino de Dios
entre los hombres, Dios usó a Moisés para escribir el documento que contiene
todas las evidencias del origen de todas las cosas en el nuevo orden del tiempo
en el cual estamos viviendo, los apóstoles le llaman en las escrituras el fin
del siglo, este tiempo en la biblia se describe con señales antes del fin, un
fin para nosotros glorioso, de gran júbilo y alegría porque la restauración del
antiguo orden eterno está por venir, Dios escogió una estirpe, un linaje para
plantar el árbol de la vida en la tierra, el árbol genealógico de Jesús esta
descrito literalmente en la Biblia y cada generación es una semilla que trajo poco
a poco en el tiempo a Jesús a la vida, cuando Jesús nació, cuando Dios planto
ese árbol en Belén de Judea hubo señales, grandes muestras y evidencias de su
venida a este mundo, Jesús tenía que nacer y morir para poder crecer como árbol
de vida entre los hombres, Jesús dijo, que
si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere,
lleva mucho fruto. Juan 12: 24, era necesario que esa semilla muriera para
que pudiera germinar en los corazones, Jesús hablo acerca del sembrador: “El
que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre” Mateo 13: 37 “La
semilla es la palabra de Dios.” Lucas 8: 11, La palabra de Dios es la semilla
del reino de los cielos, es la semilla del árbol de la vida eterna, es la
semilla que da frutos de amor, gozo, benignidad, paciencia, templanza, es la
semilla que los frutos del Espíritu santo, si usted siembra otra semilla de
cualquier tipo, tal vez esa semilla germine y de frutos de acuerdo a su género pero
recuerde usted que la única semilla que da frutos de vida eterna se llama
Jesucristo, la palabra de Dios es esa semilla.
El árbol de la ciencia del bien y del mal estuvo todo el
tiempo allí, en el huerto de Edén y su fruto envenenó al hombre en su genética,
de tal manera que su naturaleza se alojó en el ser humano, es por eso que todo
hombre nace con la condición de pecador, el pecado es el fruto del árbol de la ciencia
del bien y del mal. Las escrituras dicen: “El
reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su
campo;
Pero mientras dormían
los hombres, vino su enemigo y sembró
cizaña.
Vinieron entonces los
ciervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla
en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
El les dijo: Un enemigo ha hecho esto.” Mateo
13: 24, La semilla del mal también está entre los hombres y se reproduce a
través de sus frutos. Note usted que ese
enemigo vino a sembrar la cizaña mientras los hombres dormían, el hombre tuvo un
descuido, se durmió y se contaminó su viña, amigo no se duerma, manténgase
despierto para que el enemigo no siembre otra semilla diferente en su viña.
Mateo 7: 16-18 dice: “Por sus frutos los conoceréis.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los
abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo
dar frutos buenos.”
Las escrituras también dicen: “O haced el árbol bueno, y su
fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se
conoce el árbol.” Mateo 12: 33.
Es evidente que Jesús se está refiriendo al hombre y no a
los árboles, las escrituras se refieren en repetidas ocasiones al hombre
mencionando al árbol, en sentido figurado, es obvio que Dios se está refiriendo
al ser humano, cuando dice: Así que, por sus frutos los conoceréis.” Mateo
7: 19, 20. Acaso tiene Dios cuidado de los árboles, ¿no es del hombre de quien
tiene cuidado el Señor?. La escritura se refiere al buen o al mal
comportamiento de fe del cristiano en el reino. Está claro que existe una
semilla que va creciendo rápidamente junto con la semilla de la vida, esta es
la semilla del malo, que es la cizaña, pero no es tarea nuestra limpiar la viña
de Dios, eso lo harán los ángeles el fin del siglo. En una ocasión los
discípulos le dijeron al Maestro: “¿Quieres, pues, que vallamos y la arranquemos?,
refiriéndose a la cizaña. “Él les dijo: No, no sea que al arrancar la
cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y
al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y
atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.”
Mateo 13: 28-30.
La cizaña es el fruto de la semilla del malo y el trigo hace
referencia a la semilla de la vida.
La biblia dice en
apocalipsis 2: 7 “…Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está
en el paraíso de Dios”. Esto nos
confirma el regalo de la vida eterna, el deseo de Dios de darnos vida en
abundancia en el nuevo orden que regirá la eternidad futura por los siglos de
los siglos.
El aposto Juan vio en su
revelación en la isla de Patmos La nueva Jerusalén que descendía del cielo,
vio: “En
medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del rio, estaba el árbol de
la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del
árbol eran para sanidad de las naciones.” Apocalipsis 22: 2.
La buena voluntad de
Dios para con los hombres es manifiesta porque la vida eterna, que es un regalo
de Dios para toda la humanidad, produce sanidad continua, Jesús te ofrece la
sanidad permanente, él quiere que cada uno de los hombres sea una hoja del
árbol de la vida, que lleve sanidad a muchas naciones a través de la salvación
que hay en su palabra. La palabra de Dios dice: “Bienaventurados los que lavan
sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las
puertas en la ciudad.” Apocalipsis 22: 14
La buena noticia es que
la decisión que Dios tomó al principio de sacar al hombre de Edén y apartarlo
del árbol de la vida confundiéndolo con una espada encendida que se revolvía
por todos lados para que no encontrara el camino al árbol de la vida, cambió,
esta vez él mismo planto la semilla del árbol de la vida entre los hombres para
que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga la vida eterna, la
semilla de la vida está muy cerca de ti, solo basta abrir tu corazón
arrepentido y recibirla en tu corazón seguramente esa semilla germinará y producirá
un gran árbol de vida en ti. Las escrituras dicen: “El fruto del justo es árbol de
vida.” Proverbios 11:30.
Cuando Juan el bautista
predicaba y bautizaba en el Jordán, venían a él muchos de los fariseos y de los
saduceos a su bautismo y Juan los exhortaba diciéndoles: “…Y ya también el hacha esta
puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da fruto es cortado
y echado en el fuego.” Mateo 3:10 Dios nos compara con árboles y él
quiere que el fruto de esos árboles sea para vida y no para muerte y
condenación.
Los días que vivimos nos
darán las más grandes manifestaciones de Dios porque el tiempo está cumplido,
Jesús vino e hizo su obra, su extraña obra, salvar al mundo, él sembró una
semilla que se ha esparcido por todo el mundo y se esparcirá hasta los confines
de la tierra porque será predicado el evangelio del reino a todas las naciones
para testimonio a ellas, entonces vendrá el fin, el fin del siglo, el fin del
sistema del tiempo y la entrada a lo eterno y usted hará parte de ese ejercito
de salvados y redimidos por la sangre del cordero inmolado que nos da la
victoria, no es necesario buscar el huerto de Edén para ser salvo porque la
semilla del árbol de la vida fue plantada por Dios en la tierra y es regada por
la mano del creador desde el cielo por la obra del Espíritu santo… Amigo, hay abundante
semilla para ti hoy, para que siembres en muchos corazones la palabra de vida y
para que des frutos que muchos puedan comer.
Usted puede comer del
árbol de la vida hoy porque ese árbol fue plantado en la tierra el día que fue introducido
a este mundo. Jesucristo es el árbol que nos da la vida eterna, en usted hay
una simiente, hay una semilla que fue plantada en su corazón, es la semilla de
la vida y usted recibirá de ella su género, su genética, su naturaleza,
Jesucristo dijo: “El buen árbol da buenos frutos” Lucas 6: 43
Ya usted tiene la vida
eterna pero esa vida eterna puede ser para vida eterna o para muerte eterna,
para vida si usted crece en la fe y recibe las promesas de Dios en Jesús y para
muerte si rechaza al salvador y vive de acuerdo a sus deseos y deja de lado a
Dios. No deje que esa semilla se muera, riéguela y cuídela para que esa planta crezca
y de fruto, los frutos de esa semilla son: gozo, paz, mansedumbre, templanza,
benignidad, amor y esos frutos harán evidente la naturaleza de la planta, su
origen divino. Jesús también dijo: el árbol que no da fruto es cortado.
Los frutos que usted
produzca también deben hacer crecer a los demás, en usted hay una planta que
continuamente debe estar creciendo y dando fruto, dando más semilla cada día.
Deje que esa planta tenga ramas robustas y frondosas y abundantes en frutos
para que muchas almas reciban la semilla de la vida en sus corazones.
El hombre no podía
hallar el camino del árbol de la vida porque Dios lo había guardado pero esto
no lo hizo en el tiempo y Dios tiene un tiempo para cada cosa que se quiere,
todavía no había una humanidad formada en la tierra para ser salva, de modo que
Dios estaba pensando en los que no habían nacido todavía para darles la vida eterna.
El tiempo de Dios para devolver al hombre al huerto de Edén llego y toda la
creación lo anheló y lo vio cuando apareció una estrella que guió a tres reyes
magos a un pesebre, la señal de que el hijo de Dios había venido a este mundo.
Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida,” el tiempo se ha
cumplido, Dios abrió el camino a Edén, el camino a la vida eterna.
Judas 12 dice,
refiriéndose a los árboles otoñales, dos veces muertos, sin frutos de modo que
hay quienes no dan fruto y ya están muertos o destinados a morir y también en
la muerte segunda, pero usted no es de los que retrocede sino de los que
avanzan a la meta con Cristo Jesús.
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