viernes, 23 de noviembre de 2018

EL ÁRBOL DE LA VIDA



EL ÁRBOL DE LA VIDA
“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.” Génesis 2: 8 y 9.
Dios planto un huerto en Edén y puso en ese lugar todo tipo de árbol, es obvio que las escrituras se deben entender de forma espiritual, al referirse a todo tipo de árbol, entendemos que la escritura se refiere a la genética humana a los diferentes caracteres de los hombres, a la naturaleza humana en su diversidad de formas, como sabe  usted, existen miles de formas de pensar, al punto que algunos dicen que cada cabeza es un mundo y es cierto, cada quien tiene un libre albedrio y una forma de ver las cosas, entendemos entonces que Dios había preparado de antemano la multiforme condición del ser humano, pero también tenía Dios el deseo de que el hombre conviviera con él para siempre por eso puso en medio de Edén el árbol de la vida, que simboliza a Jesús porque solo Jesús tiene la semilla de la vida eterna y usted puede comer hoy de sus frutos, Jesús dijo: “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene la vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” Juan 6: 54. Ese árbol fue plantado por Dios en Edén de manera que Jesús estaba en ese lugar cuando Dios puso al hombre, curiosamente las escrituras narran que en ese Edén también estaba plantado el árbol de la ciencia del bien y del mal, por alguna razón Dios había decidido plantar también en ese hermoso Edén la simiente del mal, tal vez esperando que el hombre escogiera por su propia cuenta si deseaba conocer el mal o no, lo cierto es que en Edén todo  era hermoso porque dice la escritura que Dios había plantado todo árbol hermoso a la vista y allí también todo era permitido, el hombre podía comer de todo árbol, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Un nuevo orden se había originado en el universo, un sistema basado en el tiempo que empezaba a correr en el huerto de Edén, pero los cosas cambiaron radicalmente con la desobediencia del hombre, comer del árbol prohibido arrojó graves consecuencias para el hombre, la decisión de Dios de sacar al hombre del jardín del huerto de Edén lo dejo expuesto a la muerte sin remedio alguno porque sin el fruto del árbol de la vida, el tiempo sería un enemigo para todo ser vivo porque tenían que morir, pienso que el hombre tuvo oportunidad de vivir en el tiempo sin ver muerte, fue algo así como la eterna juventud, no sabemos cuánto tiempo estuvo Adán viviendo en el huerto sin comer del árbol de la ciencia del bien y del mal pero lo que sí es cierto es que al comer del fruto prohibido lo alcanzó la muerte, el juicio de Dios fue evidente, la determinación de Dios de sacar al hombre del huerto de Edén fue el mecanismo de prevención que usó para evitar que el hombre comiera del árbol de la vida y viviera para siempre, si esto hubiera pasado, la humanidad no habría tenido redención porque el árbol de la vida es Jesús y él tenía que morir por la humanidad y luego ir al Padre para que el hombre pudiera tener acceso a la redención y a la vida eterna, tenía que cumplirse el tiempo de la redención el tiempo del mesías, el tiempo del reino de los cielos, por esa razón Dios tenía que instituir para el hombre unas leyes y decretos referentes a la conducta y al comportamiento del hombre durante su tiempo de vida. En cierta ocasión los saduceos le dijeron a Jesús: “Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.
Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos.
Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos.
La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
Finalmente murió también la mujer.
En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
Mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección.” Lucas 20: 27- 36
Esto nos enseña que en la resurrección no hay necesidad de leyes o estatutos referentes al tiempo porque se vive en lo eterno, Dios se refiere al sistema del tiempo como “Este siglo” y a la eternidad futura, “El siglo venidero”. También Dios tenía que dejar algo escrito que pasara de generación en generación, anunciando la venida del mesías a este mundo y todas las profecías de los tiempos y las edades para restaurar al final del tiempo todas las cosas, lo cual anhela toda la creación, la restauración del reino es evidente y hoy podemos contemplar con alegría la manifestación del reino de Dios entre los hombres, Dios usó a Moisés para escribir el documento que contiene todas las evidencias del origen de todas las cosas en el nuevo orden del tiempo en el cual estamos viviendo, los apóstoles le llaman en las escrituras el fin del siglo, este tiempo en la biblia se describe con señales antes del fin, un fin para nosotros glorioso, de gran júbilo y alegría porque la restauración del antiguo orden eterno está por venir, Dios escogió una estirpe, un linaje para plantar el árbol de la vida en la tierra, el árbol genealógico de Jesús esta descrito literalmente en la Biblia y cada generación es una semilla que trajo poco a poco en el tiempo a Jesús a la vida, cuando Jesús nació, cuando Dios planto ese árbol en Belén de Judea hubo señales, grandes muestras y evidencias de su venida a este mundo, Jesús tenía que nacer y morir para poder crecer como árbol de vida entre los hombres, Jesús dijo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Juan 12: 24, era necesario que esa semilla muriera para que pudiera germinar en los corazones, Jesús hablo acerca del sembrador: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre” Mateo 13: 37 “La semilla es la palabra de Dios.” Lucas 8: 11, La palabra de Dios es la semilla del reino de los cielos, es la semilla del árbol de la vida eterna, es la semilla que da frutos de amor, gozo, benignidad, paciencia, templanza, es la semilla que los frutos del Espíritu santo, si usted siembra otra semilla de cualquier tipo, tal vez esa semilla germine y de frutos de acuerdo a su género pero recuerde usted que la única semilla que da frutos de vida eterna se llama Jesucristo, la palabra de Dios es esa semilla.
El árbol de la ciencia del bien y del mal estuvo todo el tiempo allí, en el huerto de Edén y su fruto envenenó al hombre en su genética, de tal manera que su naturaleza se alojó en el ser humano, es por eso que todo hombre nace con la condición de pecador, el pecado es el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Las escrituras dicen: “El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña.
Vinieron entonces los ciervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
El les dijo: Un enemigo ha hecho esto.” Mateo 13: 24, La semilla del mal también está entre los hombres y se reproduce a través de sus frutos.  Note usted que ese enemigo vino a sembrar la cizaña mientras los hombres dormían, el hombre tuvo un descuido, se durmió y se contaminó su viña, amigo no se duerma, manténgase despierto para que el enemigo no siembre otra semilla diferente en su viña.
Mateo 7: 16-18 dice: “Por sus frutos los conoceréis.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.”
Las escrituras también dicen: “O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.” Mateo 12: 33.

Es evidente que Jesús se está refiriendo al hombre y no a los árboles, las escrituras se refieren en repetidas ocasiones al hombre mencionando al árbol, en sentido figurado, es obvio que Dios se está refiriendo al ser humano, cuando dice: Así que, por sus frutos los conoceréis.” Mateo 7: 19, 20. Acaso tiene Dios cuidado de los árboles, ¿no es del hombre de quien tiene cuidado el Señor?. La escritura se refiere al buen o al mal comportamiento de fe del cristiano en el reino. Está claro que existe una semilla que va creciendo rápidamente junto con la semilla de la vida, esta es la semilla del malo, que es la cizaña, pero no es tarea nuestra limpiar la viña de Dios, eso lo harán los ángeles el fin del siglo. En una ocasión los discípulos le dijeron al Maestro: “¿Quieres, pues, que vallamos y la arranquemos?, refiriéndose a la cizaña. “Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” Mateo 13: 28-30.

La cizaña es el fruto de la semilla del malo y el trigo hace referencia a la semilla de la vida.
La biblia dice en apocalipsis 2: 7 “…Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en el paraíso de Dios”.  Esto nos confirma el regalo de la vida eterna, el deseo de Dios de darnos vida en abundancia en el nuevo orden que regirá la eternidad futura por los siglos de los siglos.
El aposto Juan vio en su revelación en la isla de Patmos La nueva Jerusalén que descendía del cielo, vio: “En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del rio, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.” Apocalipsis 22: 2.
La buena voluntad de Dios para con los hombres es manifiesta porque la vida eterna, que es un regalo de Dios para toda la humanidad, produce sanidad continua, Jesús te ofrece la sanidad permanente, él quiere que cada uno de los hombres sea una hoja del árbol de la vida, que lleve sanidad a muchas naciones a través de la salvación que hay en su palabra. La palabra de Dios dice: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.” Apocalipsis 22: 14
La buena noticia es que la decisión que Dios tomó al principio de sacar al hombre de Edén y apartarlo del árbol de la vida confundiéndolo con una espada encendida que se revolvía por todos lados para que no encontrara el camino al árbol de la vida, cambió, esta vez él mismo planto la semilla del árbol de la vida entre los hombres para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga la vida eterna, la semilla de la vida está muy cerca de ti, solo basta abrir tu corazón arrepentido y recibirla en tu corazón seguramente esa semilla germinará y producirá un gran árbol de vida en ti. Las escrituras dicen: “El fruto del justo es árbol de vida.” Proverbios 11:30.
Cuando Juan el bautista predicaba y bautizaba en el Jordán, venían a él muchos de los fariseos y de los saduceos a su bautismo y Juan los exhortaba diciéndoles: “…Y ya también el hacha esta puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da fruto es cortado y echado en el fuego.” Mateo 3:10 Dios nos compara con árboles y él quiere que el fruto de esos árboles sea para vida y no para muerte y condenación.
Los días que vivimos nos darán las más grandes manifestaciones de Dios porque el tiempo está cumplido, Jesús vino e hizo su obra, su extraña obra, salvar al mundo, él sembró una semilla que se ha esparcido por todo el mundo y se esparcirá hasta los confines de la tierra porque será predicado el evangelio del reino a todas las naciones para testimonio a ellas, entonces vendrá el fin, el fin del siglo, el fin del sistema del tiempo y la entrada a lo eterno y usted hará parte de ese ejercito de salvados y redimidos por la sangre del cordero inmolado que nos da la victoria, no es necesario buscar el huerto de Edén para ser salvo porque la semilla del árbol de la vida fue plantada por Dios en la tierra y es regada por la mano del creador desde el cielo por la obra del Espíritu santo… Amigo, hay abundante semilla para ti hoy, para que siembres en muchos corazones la palabra de vida y para que des frutos que muchos puedan comer.
Usted puede comer del árbol de la vida hoy porque ese árbol fue plantado en la tierra el día que fue introducido a este mundo. Jesucristo es el árbol que nos da la vida eterna, en usted hay una simiente, hay una semilla que fue plantada en su corazón, es la semilla de la vida y usted recibirá de ella su género, su genética, su naturaleza, Jesucristo dijo: “El buen árbol da buenos frutos” Lucas 6: 43
Ya usted tiene la vida eterna pero esa vida eterna puede ser para vida eterna o para muerte eterna, para vida si usted crece en la fe y recibe las promesas de Dios en Jesús y para muerte si rechaza al salvador y vive de acuerdo a sus deseos y deja de lado a Dios. No deje que esa semilla se muera, riéguela y cuídela para que esa planta crezca y de fruto, los frutos de esa semilla son: gozo, paz, mansedumbre, templanza, benignidad, amor y esos frutos harán evidente la naturaleza de la planta, su origen divino. Jesús también dijo: el árbol que no da fruto es cortado.
Los frutos que usted produzca también deben hacer crecer a los demás, en usted hay una planta que continuamente debe estar creciendo y dando fruto, dando más semilla cada día. Deje que esa planta tenga ramas robustas y frondosas y abundantes en frutos para que muchas almas reciban la semilla de la vida en sus corazones.
El hombre no podía hallar el camino del árbol de la vida porque Dios lo había guardado pero esto no lo hizo en el tiempo y Dios tiene un tiempo para cada cosa que se quiere, todavía no había una humanidad formada en la tierra para ser salva, de modo que Dios estaba pensando en los que no habían nacido todavía para darles la vida eterna. El tiempo de Dios para devolver al hombre al huerto de Edén llego y toda la creación lo anheló y lo vio cuando apareció una estrella que guió a tres reyes magos a un pesebre, la señal de que el hijo de Dios había venido a este mundo. Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida,” el tiempo se ha cumplido, Dios abrió el camino a Edén, el camino a la vida eterna.
Judas 12 dice, refiriéndose a los árboles otoñales, dos veces muertos, sin frutos de modo que hay quienes no dan fruto y ya están muertos o destinados a morir y también en la muerte segunda, pero usted no es de los que retrocede sino de los que avanzan a la meta con Cristo Jesús.

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