jueves, 22 de noviembre de 2018



“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.”  Isaías 55: 8 – 13.

Existe una pregunta muy importante que nos podemos hacer al leer esta palabra:
¿Cuáles son los pensamientos de Dios?
La respuesta la encontramos en Jeremías 29: 11 “Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

El propósito de Dios en la vida de todo ser humano se hizo notorio y quedó bien claro al momento de morir Jesús por los pecados de la humanidad, se trata de la restauración integral del hombre y de la creación entera, Dios nos dará cielo nuevo y tierra nueva además, para poder entrar en este nuevo orden divino necesitamos un nuevo cuerpo, el cual también recibiremos por medio de la resurrección en la venida de nuestro Señor Jesucristo, seremos transformados y lo recibiremos en las nubes (1 tesalonicenses 4: 16, 17).

Esta restauración que Dios nos ofrece comienza de inmediato, en el momento que usted decide seguir al Señor, cuando recibe a Jesús como su Salvador y se aparta de sus malos caminos.

“…Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.” Isaías 56: 1.

Dios se estaba refiriendo en este texto bíblico a la venida de Jesús a la tierra y eso sucedió hace más de dos mil años, de modo que el reino de Dios ha llegado y el tiempo de la revelación apostólica y profética se ha revelado a la tierra, entonces vamos a ver lo más grande manifestado en la vida de los creyentes.

Jesús vino a la tierra y murió por los pecadores, recibió todo dominio y poder y se sentó a la derecha del Padre y también nos ha enviado al consolador, al Espíritu Santo, quien nos guía, nos consuela y nos ayuda, el cielo se manifestó a la tierra, cuando Jesús nació en Belén, los ángeles cantaban y se alegraban por la venida del Mesías, tu Mesías ha llegado a tu vida, los árboles darán palmadas de aplausos, la naturaleza está alegre porque Jesús entró hoy en otro corazón, en el tuyo.

Dios se ha manifestado a tu vida para bendecirte para derramar sobre ti la vida de Jesús, esta si es vida en abundancia, es una vida completa, no de derrotas ni de pérdida es una vida abundante, es la vida que Dios da cuando la sangre de Cristo nos limpia; cuando Dios imparte de esa vida, lo hace con la intención de que podamos crecer y dar frutos en él, no simplemente para creer, es para vivir y disfrutar de los inmensos prados de la gracia de Dios. Usted tiene vida, usted es un vencedor, usted tiene a Jesús, nada lo podrá dañar.

Es bien claro que Dios quiere que tengamos paz al entrar y paz al salir, amigo Jesús vino a darte paz, la paz que sobre pasa todo entendimiento, él dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da…”

Jesús pagó el precio de tu paz, recibe hoy su paz.
Amigo, Dios quiere que tengas producto de su salvación, “En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.”

De modo que tu vida nueva en Cristo será notoria, los frutos del huerto de Dios se están madurando para que puedas disfrutar de los amplios prados de su gracia, ven ahora y recibe a Jesús  tendrás paz y vida eterna.
Que Dios te bendiga. Amén.
Rev. R. J. Maestre C.

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