jueves, 22 de noviembre de 2018

LA UNCIÓN


La unción

La unción, como se describe en la Biblia,  puede definirse como: “Dios, a través de la carne, realizando obras que ésta no puede hacer”. Es decir, Dios ejecutando acciones que sólo Él puede llevar a cabo, y realizándolas a través de carne y sangre o mediante vasos de barro (lea 2 Corintios 4:7).
El significado fundamental del término bíblico ungir es: “derramar sobre, untar  encima de o frotar en”. En el Antiguo Testamento, alguien que era ungido por Dios para un servicio especial, debía ser ungido con aceite. Por ejemplo, Saúl, y luego David, fueron ungidos con aceite por el profeta Samuel cuando Dios le reveló que Él lo había elegido para ser rey de Israel. Cuando el rey Saúl se reveló contra Dios  y trató de matar a David, él rehusó lastimarlo, pues Saúl era “el Ungido de Dios” (1 Samuel 24:6).
Ser ungido por Dios no es sólo ser elegido, sino también ser investido de poder por Él para realizar la tarea u ocupar una posición a la cual Él lo ha llamado.  Tanto la palabra hebrea Mesías, así como la palabra griega Cristo  significan: “el Ungido y Su Unción”.
La unción fue la señal de la venida del Redentor de Israel.  El profeta Isaías viendo más allá en el tiempo por el Espíritu de Dios, vio a Uno por medio del cual el yugo [de la opresión de Satanás] sería destruido a causa de la unción (Isaías 10:27).  La palabra  destruido significa: “completamente dañado más de lo usual, estar destruido, no bueno para el uso (del diablo)”.
Jesús, leyendo otra profecía mesiánica en Isaías, dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido...». Después de ungirlo, ¿para qué fue enviado por el Espíritu?: «Para dar buenas nuevas a los pobres… a sanar a los quebrantados de corazón… A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos…A poner en libertad a los oprimidos» (Lucas 4:18-19).  Sobre Jesús estaba el poder de Dios, el cual destruye yugos y quita cargas.
Las noticias que proclamaba el Ungido y Su Unción eran las buenas nuevas o el evangelio que la Iglesia primitiva ministraba.  Cuando Pedro fue llamado a predicar el mensaje básico del evangelio a los gentiles por primera vez, lo primero que él les dijo fue: «cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret: y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él» (Hechos 10:38-39). Cuando Felipe predicaba de Cristo (el Ungido y Su Unción) en Samaria: «Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.  Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados» (lea Hechos 8:6-8).  Ellos escucharon y recibieron las buenas nuevas que el Ungido y Su Unción habían traído para destruir los yugos de su pasado.  Al momento de recibirlo, Dios lo confirmaba así como lo hizo en el ministerio de Jesús.
La unción es la presencia de Dios impartida por el Espíritu Santo.  La unción estaba en Jesús por el Espíritu Santo (lea Lucas 4:18; Hechos 10:38) La unción que hemos recibido de Jesús es por medio del Espíritu (compare 1 Juan 2:20, 26-27, Juan 14:26).  La unción es el Espíritu y el poder de Dios para servir en este mundo. ¡Jesús ha provisto la misma presencia del Espíritu Santo y el mismo poder para que sirvamos en esta Tierra. Jesús ha provisto para nosotros, la misma presencia del Espíritu Santo y ¡el mismo poder que Él tuvo en Su ministerio!
La palabra Cristo no es sólo otro nombre para Jesús, sino se refiere al Ungido y la Unción que estaba sobre y en Él.  De la misma manera,  la palabra cristianos significa más que sólo seguidores de Jesús.  Quiere decir: “los ungidos”. La misma unción que destruye yugos que estuvo en Jesús está disponible para usted.
Lea de nuevo en 1 Juan 2:27: «Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él»  Estas dos últimas palabras también podrían traducirse: “en esto”.  Es decir, la frase podría estar exhortando a los creyentes a que permanezcan en el Ungido, Jesús, o que permanezcan en la unción misma. Ambas interpretaciones son correctas, pues usted no puede separar al Ungido de la unción.  Si usted está en el Ungido, entonces usted está en la unción.
Le animo a que busque en el Nuevo Testamento, cada versículo que utilice la palabra Cristo. Cada vez que la encuentre, tradúzcala como “el Ungido y Su Unción”.  Luego medite en la nueva revelación de este significado en cada escritura.  Comience con los versículos que dicen en Cristo o a través de Cristo y tradúzcalos a “en (por medio de) el Ungido y (a través de) Su unción”.  Esto cambiará su vida.
Si usted está en Cristo, hay una unción para cada cosa a la que usted ha sido llamado, no importa qué tan pequeña o qué tan grande sea la tarea.  Esto es lo que el apóstol Pablo quiso decir cuando expresó: «Todo lo puedo en Cristo [El Ungido y Su Unción] que me fortalece» (Filipenses 4:13).  Note que él no dijo: “quien me fortalece”, sino «…que me fortalece».  Él se refería a la unción.  La misma unción que le permitió nacer de nuevo sanará su cuerpo, lo ayudará a tener éxito en sus negocios, y le dará el poder para prosperar en espíritu, alma y cuerpo, y en cualquier aspecto de su vida (lea Lucas 5:20-24).


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