Rev. R. J. Maestre C.
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:
Señor, ¿restaurarás el reino de Israel en este tiempo?
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las
sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra.” Hechos 1: 6 – 8.
“Cuando llegó el día de pentecostés, estaban todos unánimes
juntos.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio
que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
y se le aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar
en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Hechos 2: 1 – 4.
Cuando Jesús resucitó,
antes de subir al cielo le dijo a los creyentes, no salgan de Jerusalén hasta
que haya llegado sobre vosotros el Espíritu Santo (Hechos 1: 4), era necesario
que viniera el Espíritu Santo para darle a aquellos hombres una nueva
identidad, la vida de aquellos creyentes cambiaría radicalmente (Hechos 1: 5),
el apóstol Pedro recibió una unción especial y al predicar la palabra de Dios
se convirtieron cinco mil, indudablemente estaba con ellos el Espíritu Santo,
había llegado a esas vidas una gloria especial, la misma gloria que se está
paseando hoy en este lugar, en tu vida, en Cúcuta y en Colombia, aleluya.
Una señal del avivamiento
es la visitación de Dios, el silbido apacible es la presencia silenciosa de
Dios que se manifiesta en nuestra vida de manera poderosa, es también el
estruendo de Dios a través de la manifestación gloriosa del Espíritu Santo en
nuestras vidas.
Nunca podríamos conocer a
Dios a no ser por el Espíritu Santo.
Cuando tenemos una
relación estrecha con Jesús pasaremos conociendo a Dios y entendiéndolo porque
él nos la ha revelado, ¿Cuáles cosas? “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre.
Son las que Dios ha preparado para los que
le aman.
Pero Dios nos la reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” 1 Corintios 2: 9, 10.
Para que haya un
avivamiento necesitamos la presencia del Espíritu Santo.
Cuando el Espíritu Santo
está presente, Dios está presente porque él es Dios y donde está Dios no falta
nada porque él toma la autoridad, el dominio y el control de todas las cosas.
Necesitamos la revelación del Espíritu
Santo. (1 Corintios 2: 12 -16). Es la manifestación
inesperada de Dios en un momento de la vida, la revelación del Espíritu Santo
es la que nos trae el Rema de Dios, es la que nos lleva a toda verdad, es la
palabra revelada. La revelación de Dios nos abre el entendimiento para
comprender lo espiritual y la voz de Dios se personaliza en nuestras vidas de
manera literal, es cuando Dios nos habla directamente y entendemos su palabra,
lo que él nos quiere decir.
Necesitamos la convicción del Espíritu
Santo, él nos convence de pecado de justicia y de juicio.
Solo el Espíritu Santo nos puede convencer porque la fuerza humana jamás será
capaz de transformar a un pecador que se arrepiente y para que se arrepienta
necesita ser tocado por el Espíritu Santo.
Necesitamos la guía del Espíritu Santo, es quien nos orienta,
nos conduce y nos alerta de los peligros que hay en el camino. Se decidimos
salirnos de la guía del Espíritu Santo, tendremos graves problemas porque fuera
de la guía de Dios estaremos desorientados, si Dios nos muestra el camino por
donde debemos seguir y las decisiones que debemos tomar, entonces ¿por qué
ignorarlo? Dios lo sabe todo, el conoce el futuro y seguramente lo que Dios
tiene para nosotros es lo mejor, es lo que más nos conviene, en Dios hay vida y
vida en abundancia, los caminos del hombre solo traen muerte y destrucción en
Cristo estamos seguros, estamos confiados.
Necesitamos el consuelo del Espíritu Santo. Hay cosas que Dios no
puede cambiar en nuestras vidas porque no se pueden sustituir por ejemplo si
usted ha nacido sin la compañía de un padre terrenal y se crió así, ya siendo
adulto no podrá recibir en su alma el afecto y la educación que no tuvo, tal vez
esto le haya originado una terrible herida en el alma pero Dios puede
solucionarlo con el consuelo que solo él sabe y puede dar.
Necesitamos el poder del Espíritu Santo. Jesús dijo a los
discípulos que recibirían poder cuando hubiera venido sobre ellos el Espíritu
Santo. El día de pentecostés, cuando legó el Espíritu Santo, los que estaban
presentes se maravillaron porque oían que los discípulos hablaban las
maravillas de Dios en sus propias lenguas, aunque eran galileos y supuestamente
no conocían las lenguas de otras regiones pero eso sucede cuando llega el Espíritu
Santo, tu tendrás poder cuando hables de las maravillas de Dios, si dices ser
cristiano y halas derrota, contiendo, chismes y destrucción, seguramente no ha
llegado sobre ti el poder del Espíritu Santo, debemos anhelar ese poder, esa
gloria, relejada en nosotros cuando hablamos las maravillas de Dios.
Necesitamos la unción del Espíritu Santo. La unción de Dios en
nuestras vidas nos lleva a un nivel elevado en el mundo espiritual, Jesucristo
dijo a los discípulos que había géneros que no salían sino con ayuno y oración,
la unción de Dios para echar fuera demonios y para impactar al mundo llega
cuando la buscamos, cuando nos esforzamos por recibirla.
Necesitamos la manifestación del Espíritu
Santo. Muchos creyentes en nuestra época piensan que las
manifestaciones del Espíritu Santo no son importantes en la congregación porque
no traen salvación por esa cita que dice: En tu nombre echamos fuera demonios, hablamos otras lenguas y Dios les responde:
Nunca os conocí… Lo cierto es que no
podemos quitarle al Espíritu Santo lo que él es y si él es así, su
manifestación se hará notoria cuando él está presente, yo quiero hablar en
lenguas, echar fuera demonios y que también Dios me reconozca como su hijo,
quiero ser integro en todo sentido, integralmente en mi vida y me gozaré en la
presencia de Dios hablando en otras lenguas porque así me edifico
interiormente. Aleluya.
Necesitamos el bautismo del Espíritu Santo. El bautismo en el
Espíritu Santo no me traerá la salvación pero si cambiará mi identidad como
cristiano por eso es necesario anhelarlo porque hay poder en él, hay unción y
gloria aunque si usted no lo ha recibido no quiere decir que no sea salvo
porque la salvación se obtiene por gracia y fe, es un regalo no merecido pero
Dios nos la ha entregado por amor. (Mateo 3: 11)
Necesitamos la cobertura del Espíritu Santo. Existe una barrera
espiritual impenetrable que nos brinda el Espíritu Santo, esta barrera se activa
cuando nos sometemos a Dios, cuando un cristiano decide consagrarse y vivir una
vida apartada para Dios, entra en una especie de cópula espiritual que lo aísla
del mundo exterior, lo protege y lo guarda de todo mal, de todo ataque, de modo
que el enemigo no lo puede tocar, cuando el creyente se rebela, se sale de esa cobertura,
cuando hay pecado y desobedece a las autoridades, entonces esa barrera se
debilita y se vuelve vulnerable de modo que llegan los ataques del enemigo y
recibe fuertes golpes y caídas en la el camino. La biblia dice que si resistimos
al diablo, que si nos alejamos del pecado, él no nos puede tocar.
Necesitamos la paz que genera el Espíritu
santo. La palabra de Dios habla de tomar la cruz, esa cruz
representa la voluntad del Padre, cuando hacemos la voluntad de Dios, recibimos
como resultado la paz que sobrepasa todo entendimiento, que en medio de
problemas y dificultades podemos sentirla, es la paz en medio de la tormenta.
Necesitamos la llenura del Espíritu Santo. Algunas personas dicen
que en algunas iglesias no está el Espíritu Santo, la verdad es que el Espíritu
Santo es Dios en la persona del Espíritu que cuando recibimos a Jesús, entra y
se queda en nuestra vida a manera de una llama encendida que no se apaga, esta
llama la podemos aumentar cuando oramos, cuando vigilamos, cuando buscamos el
rostro de Dios, cuando estamos tiempo a solas con Dios en oración, cuando lo
anhelamos, pero también se puede apagar cuando lo contristamos, cuando pecamos,
cuando nos desviamos, cuando lo rechazamos, cuando negamos al Señor.
Hoy Dios nos brinda la
llenura del Espíritu Santo, cuando tenemos al Espíritu Santo somos libres
porque donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad, hay gozo y vida
eterna.
Necesitamos el fuego del Espíritu Santo. Un cristiano es fuerte
cuando tiene gozo porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza, de modo que
cuando se va el gozo, se apaga el fuego, no le pida a Dios fortaleza, pídale
gozo, el enemigo quiere que usted esté triste, que este preocupado y cabizbajo,
no se deje engañar, no pierda el gozo.
Necesitamos los frutos del Espíritu Santo. Esto quiere decir que va
a haber amor, fe benignidad, templanza, dominio propio, mansedumbre y también
se van a dar las manifestaciones del Espíritu santo como son las lenguas, las
profecías, la interpretación de lenguas
Cuando el avivamiento
llega a nuestras vidas, todas las cosas cambian por completo, integral y
rotundamente porque Jesús comienza a ser el Señor de nuestras vidas en todas
las áreas, esto produce un cambio radical y nos da una nueva identidad, es la
presencia de Dios en nuestras vidas que marca la diferencia en el hogar, en la
oficina, en el trabajo, en la escuela o en la universidad, es Dios manifestando
su poder y su gracia redentora en una vida, en un lugar, en una familia, en una
iglesia, en una ciudad, en un países, en una nación, el tiempo de Dios ha
llegado, Dios está aquí y quiere bendecirte.
El Espíritu Santo es
nuestro consolador, nuestro guía, nuestra ayuda, quien nos advierte de los
peligros en el camino, quien nos recuerda las promesas de Dios, su palabra, quien
nos redarguye y nos da sabiduría, necesitamos al Espíritu Santo, ven Espíritu
de Dios a nuestras vidas y quédate en este lugar para estar avivados, es el
Espíritu Santo quien aviva el fuego de nuestro ser, quien nos abre el
entendimiento y nos da la sabiduría de lo alto, la que necesitamos para no
desmayar, para no tropezar y para no caer, de modo que sin el Espíritu Santo no
somos nada, y lógicamente tampoco podemos hacer nada.
Hoy s pasea el Espíritu
Santo en nuestras vidas, en nuestro entorno, en nuestro medio, en este lugar,
para sanar y liberar al cautivo de toda opresión demoniaca y levantar en
victoria al creyente en la fe aleluya, aleluya.
Recibe la unción del
Espíritu Santo, recibe la llenura del Espíritu Santo, entra en la cobertura que
te ofrece el Espíritu Santo y ten la paz que te da el Espíritu Santo.
La visitación de Dios
empieza con la venida del Espíritu Santo. ¿Qué requisito necesitamos para
recibirlo?
Solo el anhelo, el deseo
y pedirle a Dios, cita: si alguno no tiene el Espíritu de Dios pídalo y él se
lo dará ampliamente y sin reproche.
Cuando Jesús subió al cielo,
se vino a la tierra el Espíritu Santo, los ángeles vinieron con él a morar aquí
y vinieron para quedarse, de modo que no necesitas una liturgia especial ni un requisito
diferente a la fe hoy Dios te llena, hoy Dios te visita con la presencia del
Espíritu Santo, tu eres la iglesia del Señor y eres tu quien necesita la
presencia, la fortaleza y la llenura del Espíritu Santo
No hay comentarios:
Publicar un comentario